Hola, que tal, como esta usted?
Bien, gracias.
Hace mucho que esta aquí?
Desde ayer.
Que casualidad, yo también. De donde viene?
De Holanda.
Que hermoso lugar! Siempre quise vivir en un sitio así!
Si, en verdad es muy bonito. Usted de donde viene?
De Buenos Aires, Argentina…sabe donde es?
Claro que se! Como mujer, nunca me ha gustado demasiado el fútbol, pero todavía recuerdo el enojo de mi marido cuando perdimos el mundial con ustedes, en el año 78.
Ja! Tiene razón! Casi lo olvidé por completo, bueno…. Merecíamos ganar no?
No se, nunca lo había visto tan nervioso a mi marido como ese día, bueno, el era muy temperamental y pasional sobre todo, era así en todo lo que emprendía en su vida; sobre todo en su trabajo donde pasaba largas horas.
Bueno, si era pasional me imagino que en su relación con usted también lo sería…
Si, lo era como así también con nuestros hijos, pero quizás haya gastado demasiado tiempo en sus deberes y nos haya dispensado poco tiempo, mas que nada a los niños.
Siempre quise decírselo, pero nunca me anime, siempre trate de comprenderlo, entendía que lo hacia por el bien de la familia, o de su ego, que se yo, no lo se.
Lo único que sé es que cuando murió sentí que se había perdido de vivir gran parte de la vida, tenía mas logros personales que momentos de oro.
Momentos de oro?
Si, esos momentos que quedan grabados a fuego en el alma y van con uno a donde quiera que vaya, muchas veces imaginé que la vida se resume a una colección de momentos de oro y son ellos casi una calificación de cómo uno ha vivido.
Mire usted! Nunca lo había visto así y a que edad enviudó?
Yo tenía 60 y el 65 años.
Caramba, que pena…
Si, o no.
No? Porque?
Porque si hago memoria, tengo mas momentos de oro vividos luego de los 60.
Perdón, pero antes no los tuvo?
Bueno… si, la mañana en que lo conocí, una tarde de lluvia en el bosque, recuerdo 2 o 3 vacaciones que nos divertimos mucho y no parábamos de reír, cuando nacieron nuestros dos niños y cuando me dijo que yo era todo para él y que lamentaba no haber entendido el valor de un día.
Y después de su muerte, que pasó?
Después de dos años, cuando yo pensaba que todo había pasado y el tren se había ido conocí al amor de vida.
A los 62?
Si, porque?
No, digo… que curioso no?
Curioso porque?
Digo, no se, no quiero incomodarla, tan tarde, habiendo tenido tanta juventud antes…
A los 62 fue cuando mas joven me sentí y en realidad cuando más viví.
Si, bueno, pero ya habían pasado 62 años…
Y eso que tiene que ver? Se acuerda lo que le dije de los momentos de oro de la vida? Lo único que cuenta es eso, lo que queda de haber vivido condensado en un par de instantáneas que usted puede recorrer con solo cerrar los ojos.
Si, viéndolo así, es verdad. Y tuvo muchos momentos de oro?
Si, inolvidables!... Las mañanas que despertábamos con el tiempo en el bolsillo, sin preocuparnos por lo que iba a suceder al otro día, disfrutando cada rayo de sol de la mañana que filtraba entre los árboles del bosque; las eternas caminatas por la costanera del lago donde hacíamos planes como si tuviéramos 16 años, las noches estrelladas que nos quedábamos hasta muy tarde recordando las travesuras que hacíamos cuando niños, el día que pintó una piedra en el borde de la laguna con nuestro nombre y me dijo con lágrimas en los ojos que ya podía morir tranquilo porque todo lo que podía tener en la vida lo tenía entre sus brazos…la verdad no me alcanza la memoria para recordar tan buenos momentos.
Se da cuenta que el tiempo solo esta en nuestra cabeza y sólo los momentos en nuestro corazón? Yo he vivido más en los últimos 20 años que en los 62 anteriores, hace tan solo una semana que cumplí 82 años.
Es muy cierto lo que usted me dice… y él donde esta ahora?
Se quedó en la casa del lago, donde pasamos tantos momentos juntos, esos momentos de oro del que le hablé, se quedó un poco triste cuando me fui, pero ya lo va a entender.
Comprendo…
Que es ese revuelo que se ve allá?
Ah, si! me enteré que es la oficina donde se otorgan los próximos destinos, a mi me dijeron que tengo un largo tiempo de espera antes que me asignen. Y usted?
Tal cual, ni bien llegue me dijeron lo mismo así que ni me acerco a ver lo que pasa…
No creo una oficina como esa se sume a sus momentos de oro…
No, ya no hay más de esos momentos. La cuenta terminó. Solo queda la enseñanza.
La enseñanza? Cual?
La de entender cuanto vale un día de vida, cuanto vale una hora, un segundo, un momento siquiera. Todo depende de lo que hagamos con el tiempo que nos ha sido concedido. Tan simple como eso.
Entender simplemente que uno puede emplear cada instante en odiar o en amar, en cumplir o disfrutar, en jugar o mirar… Algo tan simple que nos resulte tan difícil de entender…. Tenemos que llegar aquí para entenderlo!
Parece mentira que hasta ayer no podía verlo tan claro como hoy.
Y bueno… es así mi estimada: tenemos que estar muertos para verlo claro.
Tan muertos como nosotros ahora.
Apuntes de vida, es un espacio para reflexionar, que es una forma de dudar, que es el mejor camino en la busqueda de la verdad en este misterio que hemos llamado vida.
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