Intentando demostrar el teorema de la vida,
es necesario establecer una hipótesis correcta:
Supongamos que el amor sea la única directriz
y ya no valgan los estamentos y mandatos;
que la libertad, no fabrique un grillete en los descuidos
y no alambre sentimientos espontáneos.
Supongamos que el ego se adormezca
y el cerebro se calle de preguntas desconfiadas,
que el miedo se evapore para siempre
y ya no crezcan monumentos de creencias.
Supongamos que los sueños sean sueños
y no deseos que teje la ambición por los rincones,
que las metas queden abolidas para siempre
por cada paisaje que se pinta en el camino.
Supongamos que se acepte el bien y el mal
como parte de lo mismo en uno solo,
que dios y el diablo no puedan distinguirse
y que los rótulos ya no llenen dos columnas.
Supongamos que la muerte ya no existe,
que los días son eternos y el universo infinito;
que el tiempo es un invento de la mente
y que el paraíso prometido es ahora mismo.
Supongamos que sea así.
Supongámoslo por un instante,
en pos de demostrar este teorema.
Supongamos
… que vivamos.
es necesario establecer una hipótesis correcta:
Supongamos que el amor sea la única directriz
y ya no valgan los estamentos y mandatos;
que la libertad, no fabrique un grillete en los descuidos
y no alambre sentimientos espontáneos.
Supongamos que el ego se adormezca
y el cerebro se calle de preguntas desconfiadas,
que el miedo se evapore para siempre
y ya no crezcan monumentos de creencias.
Supongamos que los sueños sean sueños
y no deseos que teje la ambición por los rincones,
que las metas queden abolidas para siempre
por cada paisaje que se pinta en el camino.
Supongamos que se acepte el bien y el mal
como parte de lo mismo en uno solo,
que dios y el diablo no puedan distinguirse
y que los rótulos ya no llenen dos columnas.
Supongamos que la muerte ya no existe,
que los días son eternos y el universo infinito;
que el tiempo es un invento de la mente
y que el paraíso prometido es ahora mismo.
Supongamos que sea así.
Supongámoslo por un instante,
en pos de demostrar este teorema.
Supongamos
… que vivamos.
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