Apuntes de vida, es un espacio para reflexionar, que es una forma de dudar, que es el mejor camino en la busqueda de la verdad en este misterio que hemos llamado vida.

ENTONCES QUIEN FUE?

Relatos de vida


Son tiempos difíciles para Natalia. No puede escapar de la profunda angustia que la invade.
Es que después de la muerte de su madre (hace ya tres meses) le ha quedado un vacío en su vida que no ha podido superar, por suerte a su lado está Nicolás, su marido, quien la ha acompañado en su duelo intentando ayudarla con comprensión y afecto para asumir la pérdida y poder seguir adelante en la vida.
Pero tres meses… tres meses es muy poco tiempo todavía!
Eso dice su terapeuta en forma reiterada, ya que Natalia hace dos meses que está haciendo terapia para poder salir de tan profunda depresión.
Las noches, son un verdadero calvario, se despierta reiteradas veces con la imagen de su madre en la cabeza, con la cual habla y a la que casi puede tocar, según lo que ella describe en forma subrayada y con detalles minuciosos en cada sesión de terapia.
Nicolás ya no sabe qué hacer para palear el sufrimiento de su mujer, así es que le propone ir a pasar un fin de semana al mar, donde piensa, podrá distenderse y quizás cambiando un poco el entorno consiga alejarse de ese sufrimiento que lleva atado consigo.
Pero Natalia no quiere, afirma que de nada serviría, que es muy difícil de explicar, porque por mas que cambie de lugar la imagen de su madre sigue con ella y es tan vivo este sentimiento que muchas veces la percibe tan cerca que en algunas oportunidades hasta siente su mano en el hombro, como cuando solían salir a hacer compras juntas y su madre la tomaba del hombro mientras caminaban.
Nicolás está preocupado seriamente, las cosas ya están pasando de una angustia por la pérdida de un ser querido a una serie de alucinaciones que podrían comprometer su salud mental.
Insiste nuevamente en salir a disfrutar del aire puro del mar y cambiar un poco con la vida recurrente que tanto le recuerda su problema.
Finalmente Natalia accede.
Así es que salen a la ruta en su automóvil, en un día de sol espléndido, aunque esto no es casualidad: Nicolás había chequeado el pronóstico antes de salir asegurándose no tener un fin de semana de lluvia y lejos de casa, hecho éste que podría quizás angustiar más a su esposa.
Después de desayunar en un bar al costado de la ruta, como siempre lo hacían toda vez que se iban de vacaciones, volvieron nuevamente al automóvil y siguieron camino. Pero a menos de seiscientos metros del lugar, un neumático delantero revienta y Nicolás pierde el control de su vehículo, que muerde la banquina y cae por un barranco, dando varias vueltas en el aire. Nicolás sale despedido del vehículo y advierte que ni siquiera puede moverse, se da cuenta además que olvidó colocar su cinturón de seguridad . Solo alcanza a levantar su cabeza y el panorama es aterrador: su vehículo comenzaba a incendiarse.
A Natalia no la puede ver, e inmediatamente como un flash baraja la idea que siendo tan responsable y previsora, su mujer si tendría su cinturón de seguridad ajustado, pero que en este caso le jugaría en contra pues si estuviera inconsciente no podría salir del automóvil, que ya ardía con intensidad.
Pero Nicolás no puede moverse, apenas puede sostener sus párpados intentando ver algo más de la trágica escena que aparece ante sus ojos, aunque ya nada puede hacerse.
Sus ojos se cerraron, como si alguien apagara la luz.
Se escucha una sirena a lo lejos, después de mucho tiempo: si bien era un fin de semana la ruta no estaba tan transitada como en la época veraniega y el tráfico resultaba espaciado, así que paso un tiempo considerable hasta que pudieron ser rescatados.
Nicolás despierta a las cuarenta y ocho horas en el hospital de un poblado cercano.
Cuando recupera la conciencia, inmediatamente pregunta por la suerte de Natalia, su mujer.
La voz de la enfermera obra como un rescate emocional cuando le comunica que su mujer está a salvo, en terapia intermedia.
Después de quince días, Nicolás ya puede levantarse y caminar con la ayuda de muletas. Lo primero que hace es ir hasta sala donde esta Natalia, para poder verla y abrazarla.
Allí se produce el encuentro tan ansiado por ambos, ya que Natalia se está recuperando de los múltiples golpes, contusiones y heridas cortantes y ha recuperado la conciencia.
Natalia!
Estamos vivos! Pensé lo peor cuando ví el auto en llamas!
Pensé…que tendrías el cinturón seguridad colocado, como lo hacés siempre ni bien subís el auto!
Si, Nicolás… cómo me conocés…
Pero entonces tenías el cinturón abrochado?
Si, por supuesto!
Pero, entonces… no entiendo
Ya no hay nada que entender mi amor! Estamos vivos!
Eso es lo único que importa!
En este tiempo que estuve internada estuve pensando en todo lo que significás para mí, en cómo te preocupás por mi salud y mi recuperación por la pérdida de mamá.
Y además por este hecho del accidente!
Si, ya sé… sobre llovido mojado! A un problema se le sumó otro más y encima yo conducía, me siento responsable de esto que nos pasó.
Como responsable? No por favor, no digas eso. A vos te debo mi vida.
Si no hubiera sido por vos, yo hoy no estaría aquí.
No entiendo, estamos aquí porque tuvimos un accidente en automóvil, el cual yo conducía y además yo tuve la idea de salir el fin de semana… estamos aquí por mi culpa!
Pero estoy viva gracias a vos también!!
Sabés? Cuando estaba dentro del auto sin poder moverme y ví que empezaba a incendiarse pensé que todo terminaría.
Sólo pensé en vos y en mi madre.
Como por arte de magia, en solo unos segundos sentí tu mano en mi hombro, para luego desabrochar el cinturón y jalarme hacia fuera del auto con tus dos brazos… me pareció un milagro!
Luego no recuerdo nada más…
Pero es que yo…
Yo, no…
No, no tenés nada de que culparte, como te dije, a vos te debo la vida!
Pero, Natalia, es que yo estaba en el suelo, sin poder moverme… mis ojos se cerraron cuando el auto ardía en llamas… yo…
…no fuí quien te sacó del vehículo…
Pero entonces…
Entonces quién fue?

No hay comentarios: