Quizás, porque perdamos el presente
queriendo ganar desesperadamente el futuro;
quizás, por buscar fuera
algo que nos desborda dentro;
o quizás, el ego se crea omnipotente
intentando guardar los minutos en relojes.
Así, pasamos creyendo que siempre habrá tiempo
para ver a quien no vimos,
para decir lo que siempre quisimos decir
y no dijimos;
para animarnos a hacer
todo lo que todavía no hicimos,
para amar a quien no amamos,
para dar, lo que aún no damos
o para animarnos a soñar
los sueños que no soñamos.
Mientras tanto, la existencia
Se pasea haciendo malabares de vivencias
ignorando por completo nuestros miedos e intereses
y sin preguntarnos, en una de las vueltas
agita el cubilete y sale nuestro número,
que nos recuerda en forma irremediable
que la vida,
la vida es hoy.
queriendo ganar desesperadamente el futuro;
quizás, por buscar fuera
algo que nos desborda dentro;
o quizás, el ego se crea omnipotente
intentando guardar los minutos en relojes.
Así, pasamos creyendo que siempre habrá tiempo
para ver a quien no vimos,
para decir lo que siempre quisimos decir
y no dijimos;
para animarnos a hacer
todo lo que todavía no hicimos,
para amar a quien no amamos,
para dar, lo que aún no damos
o para animarnos a soñar
los sueños que no soñamos.
Mientras tanto, la existencia
Se pasea haciendo malabares de vivencias
ignorando por completo nuestros miedos e intereses
y sin preguntarnos, en una de las vueltas
agita el cubilete y sale nuestro número,
que nos recuerda en forma irremediable
que la vida,
la vida es hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario