Laberintos circulares

Cuando la entrada es salida
y la salida es entrada,
ya no se distingue el camino.
Cuando los pasos se hacen ciclos
y los ciclos, copian pasos
el tiempo se esfuma en vueltas.
Laberintos circulares.
No hay trampa mas grande,
dentro del gran laberinto.
Derroteros con final escrito en el comienzo
como el del ego y la ambición,
el del deseo y el esfuerzo
o el del poder y el miedo.
Pronóstico certero
cuando la mente confundida
triangula un par de puntos recorriendo el perímetro
con cada torpe neurona que se mueve.
Laberintos circulares.
Orbita marcada con fuerzas en equilibrio,
que se calca a sí misma en cada giro
convirtiendo los días en carrusel eterno.
Trayectoria con infinitas tangentes
que ofician de puerta de salida
aunque sin embargo,
todo se repita en cada vuelta.
Solo un golpe de timón
genera el escape de la elipse
y descubre una salida que no es entrada
solo hace falta saltar un pequeño abismo
para entender que la vida es un camino hacia delante
y nada tiene que ver
con laberintos circulares.