El amor empieza a morir
cuando demanda amor, como reclamo;
cuando aguarda retribución
como justo pago.
El deseo, planta una meta
y allí se pierde el sabor de los caminos
ese,
del que disfruta el peregrino
que camina, sin llegar.
El que busca, encuentra lo que busca
pues no podría ser nada distinto a él,
que es lo que busca
y por lo tanto nunca encuentra.
La vida misma, pierde terreno
cuando algo se espera de ella,
cuando no se vive solo porque si,
esperando las medallas y diplomas
toda vez que se cruce un cartel de llegada.
La conciencia, nos ha llevado a las estrellas
pero, evidentemente no ha podido resolver
los juegos de la mente
que dispara ideales como fuegos de artificio
en un mundo real,
al que trata de entender con una regla en la mano.
No son las cosas,
sino
lo que esperamos de ellas
lo que edifica angustia y aleja felicidad
de nuestros días;
mientras la mente
gira en círculos deseosos disparando metas
y buscando desesperada
un analista que la entienda.
cuando demanda amor, como reclamo;
cuando aguarda retribución
como justo pago.
El deseo, planta una meta
y allí se pierde el sabor de los caminos
ese,
del que disfruta el peregrino
que camina, sin llegar.
El que busca, encuentra lo que busca
pues no podría ser nada distinto a él,
que es lo que busca
y por lo tanto nunca encuentra.
La vida misma, pierde terreno
cuando algo se espera de ella,
cuando no se vive solo porque si,
esperando las medallas y diplomas
toda vez que se cruce un cartel de llegada.
La conciencia, nos ha llevado a las estrellas
pero, evidentemente no ha podido resolver
los juegos de la mente
que dispara ideales como fuegos de artificio
en un mundo real,
al que trata de entender con una regla en la mano.
No son las cosas,
sino
lo que esperamos de ellas
lo que edifica angustia y aleja felicidad
de nuestros días;
mientras la mente
gira en círculos deseosos disparando metas
y buscando desesperada
un analista que la entienda.
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