Moría lentamente junto a la tarde,
mirando por la ventana de la tristeza
por donde había visto pasar la vida.
Moría lentamente como todos los días.
El mundo era el culpable de su destino esquivo.
Nunca pudo comprender
porque no apareció el premio que muchos
(en nombre de la vida)
le habían prometido,
a cambio de vivir según se debe.
Moría con los formularios por triplicado
que certificaban plenitud
a cobrar en el futuro.
Moría con los libros del futuro,
sin siquiera sospechar sobre el presente,
con los puños cerrados,
apretando nada.
Moría a kilómetros de la felicidad,
quizás por haberla buscado siempre
y no haberla descubierto nunca.
Moría sin encontrar a la niña de la infancia
que se atraviese a jugar en la adultez
al juego que mas le plazca y en cualquier día.
Moría sin amar,
porque sólo había querido
en pos de querer tener a alguien
y anestesiar los miedos,
que impiden saltar al vacío de una mañana
en el tobogán de un rayo de sol de primavera.
Moría con toda la seguridad encima,
segura solo de su recurrente muerte segura.
Moría la tarde.
Y ella moría,
…como cada tarde de su muerte en vida.
mirando por la ventana de la tristeza
por donde había visto pasar la vida.
Moría lentamente como todos los días.
El mundo era el culpable de su destino esquivo.
Nunca pudo comprender
porque no apareció el premio que muchos
(en nombre de la vida)
le habían prometido,
a cambio de vivir según se debe.
Moría con los formularios por triplicado
que certificaban plenitud
a cobrar en el futuro.
Moría con los libros del futuro,
sin siquiera sospechar sobre el presente,
con los puños cerrados,
apretando nada.
Moría a kilómetros de la felicidad,
quizás por haberla buscado siempre
y no haberla descubierto nunca.
Moría sin encontrar a la niña de la infancia
que se atraviese a jugar en la adultez
al juego que mas le plazca y en cualquier día.
Moría sin amar,
porque sólo había querido
en pos de querer tener a alguien
y anestesiar los miedos,
que impiden saltar al vacío de una mañana
en el tobogán de un rayo de sol de primavera.
Moría con toda la seguridad encima,
segura solo de su recurrente muerte segura.
Moría la tarde.
Y ella moría,
…como cada tarde de su muerte en vida.
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