Agradezco las tardes de potrero
que sembraban esperanzas,
al bisturí del frío
que obligaba aire de kerosén
y replicaba que la vida
no es siempre de primavera.
Agradezco al fuego
que me empujó a correr la vida
y me mostró caminos de tierra y tosca
- donde se aprende a pisar-.
Agradezco a las mañanas de soledad
que definieron exactamente
el valor de una mirada.
Agradezco a todo lo que faltaba
que por faltar, me arrastró a salir
y al salir busqué
y buscando encontré
y encontrando aprendí.
Agradezco a mis errores
que me mostraron distintas formas
de resolver un acertijo.
Agradezco haber perdido el aliento una tarde,
haberme perdido infinitas veces
en las calles del deber y la cordura.
Agradezco haber volteado la ficha de dominó,
haber perdido mi talismán sagrado
con ideas de cartón, envuelto en miedo
mi traje de seriedad,
mi lista de deberes,
y mi biografía inédita.
Agradezco haber encontrado a la poesía
en una esquina de mi barrio
y haberla convertido
en el pulso de mis días.
que sembraban esperanzas,
al bisturí del frío
que obligaba aire de kerosén
y replicaba que la vida
no es siempre de primavera.
Agradezco al fuego
que me empujó a correr la vida
y me mostró caminos de tierra y tosca
- donde se aprende a pisar-.
Agradezco a las mañanas de soledad
que definieron exactamente
el valor de una mirada.
Agradezco a todo lo que faltaba
que por faltar, me arrastró a salir
y al salir busqué
y buscando encontré
y encontrando aprendí.
Agradezco a mis errores
que me mostraron distintas formas
de resolver un acertijo.
Agradezco haber perdido el aliento una tarde,
haberme perdido infinitas veces
en las calles del deber y la cordura.
Agradezco haber volteado la ficha de dominó,
haber perdido mi talismán sagrado
con ideas de cartón, envuelto en miedo
mi traje de seriedad,
mi lista de deberes,
y mi biografía inédita.
Agradezco haber encontrado a la poesía
en una esquina de mi barrio
y haberla convertido
en el pulso de mis días.
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