Curioso juego, el de la vida
donde se avanza o retrocede
cuando uno menos lo espera;
donde se gana o se pierde
según la trayectoria
de las piezas que se mueven;
donde el destino cambia antojadizo
las reglas del juego
y redibuja el tablero en cada paso.
No importa ganar.
No importa perder.
Solo se trata
de jugar por jugar.
Porque jugar, no es el resultado
y ni siquiera el tamiz del final
hace pensar
que lo principal sea el juego.
La vida, sólo obliga a jugar
y ese es su juego.
No importa ganar.
No importa perder.
Aunque a veces,
el tiempo nos arrincone entre los días
y nos oblige a redoblar la apuesta,
justo con la última ficha
a doble
…o nada.
donde se avanza o retrocede
cuando uno menos lo espera;
donde se gana o se pierde
según la trayectoria
de las piezas que se mueven;
donde el destino cambia antojadizo
las reglas del juego
y redibuja el tablero en cada paso.
No importa ganar.
No importa perder.
Solo se trata
de jugar por jugar.
Porque jugar, no es el resultado
y ni siquiera el tamiz del final
hace pensar
que lo principal sea el juego.
La vida, sólo obliga a jugar
y ese es su juego.
No importa ganar.
No importa perder.
Aunque a veces,
el tiempo nos arrincone entre los días
y nos oblige a redoblar la apuesta,
justo con la última ficha
a doble
…o nada.
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