Apuntes de vida, es un espacio para reflexionar, que es una forma de dudar, que es el mejor camino en la busqueda de la verdad en este misterio que hemos llamado vida.

Dos columnas

Creí ver a Dios y al diablo
jugarse la vida a los naipes
en cualquier bar,
de una esquina de los días.
Creí ver a Dios en la paz de días claros
y al diablo,
dejar la muerte al otro día de la guerra.
Creí ver a Dios en una playa del Caribe
y al diablo, en el mismo lugar
con una pila de cadáveres a manos de un tifón.
Creí ver a Dios en el mar azul, como pintado
y al diablo, dejar su rúbrica marcada
después de los naufragios.
Creí ver a Dios
en la mansedumbre de lagunas y praderas
y al diablo, en los incendios de los bosques.
Creí ver a Dios, desde lo alto
en un avión de pasajeros
y al diablo, en la media vuelta de combate
de un caza bombardero.
Creí verlos,
cuando solo miraba con mis ojos
y mi mente anotaba en dos columnas,
con la escuela donde aprenden las ovejas;
pero hoy
que aprendí a mirar sin ver
no los veo separados, es más,
no los distingo.
He pedido las tablas de columnas antagónicas
que dividen el bien y el mal,
esas que pintan el blanco y el negro
según sea el dueño del pincel.
Se han caído las paredes divisorias
de miedos e intereses
y puedo ver, la realidad desnuda.
La existencia es sólo una.
Sin duda.

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