
Le jugué con la mirada
a un juego casi perdido
entre taitas, confundido
la marqué con mi parada
es que pensé que la rubia
de un cajetilla sería
mina así, no anda sola
con tanta mercadería;
pero pifié mi intuición
y mi vista abandonada
relojeaba desde lejos
a la rubia, que miraba.
Lo cierto que en el bailongo
me arrastró ese metejón
y mi estampa de varón
le caló profundo y hondo
mi pinta, mi que se yo!
me sobró para llevarla,
nadie pudo conquistarla
y fue este humilde varón
como con parla cuidada
a la rubia tan ansiada
le enseñó que es el amor.
a un juego casi perdido
entre taitas, confundido
la marqué con mi parada
es que pensé que la rubia
de un cajetilla sería
mina así, no anda sola
con tanta mercadería;
pero pifié mi intuición
y mi vista abandonada
relojeaba desde lejos
a la rubia, que miraba.
Lo cierto que en el bailongo
me arrastró ese metejón
y mi estampa de varón
le caló profundo y hondo
mi pinta, mi que se yo!
me sobró para llevarla,
nadie pudo conquistarla
y fue este humilde varón
como con parla cuidada
a la rubia tan ansiada
le enseñó que es el amor.
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