Amores de comienzo
con más ilusión que realidad,
imágenes del otro
con proyecciones de uno mismo;
amores de final, de un todo dicho:
miradas encontradas, tras evitarse
que se traban luchando entre
silencios.
Amores disfrazados de ternura,
con el odio alerta en los bolsillos,
amores de cabotaje y de una tarde
exhibiendo papeles de profundos.
Amores como excusa, para sentirse vivo
y encontrarle algún sentido
a las sístoles y diástoles que pasan.
Amores como miedo,
para evitar el vacío de la soledad
con uno mismo en el final del pasillo.
Amores de sellos por triplicado
alambrado por artículos e incisos,
que firman la defunción en pocos pasos
con el deseo y la libertad como
fiscales.
Amores de entrega absoluta,
sin condiciones, ni medidas;
amores que abren puertas infinitas
y evitan vidas que se calcan.
Amores.
Quizás un instante, que matamos
con el afán de hacerlo eterno.
Un hermoso pájaro azul que surca el
cielo
y que se esfuma al encerrarlo en una
jaula.
Amores como patente de haber vivido,
aunque sea con papeles fraguados;
para mostrarle al mundo que uno vale
y es mucho mas que la sonrisa de la
foto.
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