Apuntes de vida, es un espacio para reflexionar, que es una forma de dudar, que es el mejor camino en la busqueda de la verdad en este misterio que hemos llamado vida.

AMOR ETERNO


Algunos sentimientos suelen vivir mucho más de lo que uno pueda suponer…


Es un parque muy bonito de la ciudad.

Árboles muy altos y añejos con hojas amarillentas, son el marco principal de una escena típica de un otoño que ya lleva más de un mes y aunque el frío ya  se hace sentir, hoy es un día de sol tibio, de esos que invitan a pensar mirando el infinito.

Quizás eso haya creído Daniel, que ha venido a este parque durante mucho tiempo, a sentarse en los viejos bancos que aún permanecen igual que hace cincuenta años; es que este parque guarda muchos recuerdos para él y ha vuelto recurrentemente a meditar acerca de sus vivencias pasadas cuando se ha sentido melancólico por el devenir de sus días.

Pero no es casual que elija este lugar para volver atrás en su historia.

Aquí pasó mucho tiempo junto a Claudia, un amor que apareció en su adultez y que tuvo que vivirlo a escondidas en pos de resguardar la integridad su familia.

La relación con Claudia no fue una mas, ni una de sus tantas, el bien sabe que ella fue el gran amor de su vida y los momentos que vivió junto a ella no los vivió con ninguna otra mujer, ni siquiera con su esposa.

Así es que este parque es para Daniel, mucho más que un parque. Aquí se guardan recuerdos casi en cualquier lugar de sus cuatro hectáreas, pero hoy, justo hoy,  tiene una importancia especial para sus sentimientos.

Es que un día como hoy, de un otoño frío le dijo adiós a Claudia, el amor de su vida en el mismo banco donde ahora se encuentra sentado, masticando el dolor del error más grande que haya cometido de todas sus decisiones, ya que desde entonces nunca más ha visto a Claudia ni ha sabido nada de ella.

Allí está,  solo, melancólico, angustiado, encontrando recuerdos en cada punto del parque donde dirige su mirada. En sus ojos perdidos, ya se adivina alguna lágrima...

De pronto, una voz muy dulce susurra sus oídos:



Sabía que algún día te encontraría aquí.



No! Claudia!!!

Por Dios! no lo puedo creer…

Te ves igual que el último día que nos vimos, después de tantos años, tan bonita como siempre!



Bueno, a decir verdad a vos también se te ve muy bien, tenés la misma presencia, la misma mirada profunda de aquellos viejos años…



Creo que a los dos se nos ocurrió venir hoy porque seguramente el día de nuestro alejamiento ha quedado grabado a fuego en nuestra historia y quizás, de alguna manera lo hayamos tratado de conmemorar con nuestra presencia en el parque.



Yo vengo siempre unos minutos  para esta fecha, con la firme esperanza de encontrarte alguna vez de las tantas y… bueno, hoy se dio finalmente. Estoy muy contenta, tan contenta como el primer día en que te conocí, te acordás?



Si, claro que recuerdo. Como recuerdo los momentos que vivimos juntos y el

amor profundo que nos tuvimos y que todavía nos tenemos.



Seguro que todavía lo tenemos… no es casualidad que hayamos venido los dos a encontrarnos en este parque que ha sido testigo de nuestros sentimientos, hasta aquel día decidimos alejarnos.

Yo creo que hemos tenido un amor eterno, mas allá de no haber estado juntos los últimos años, te he tenido presente cada día que pasó, hasta el día de hoy.



Si, querida Claudia… a mi me ha pasado lo mismo.

Observo este parque y en cada lugar que miro, encuentro un recuerdo junto a vos…que maravilla!.



Te acordás el día de la tormenta que nos refugiamos debajo de aquél pino?



Si, permanecimos abrazados hasta que paró la lluvia… aunque terminamos empapados!

Cierro los ojos y todavía me parece verlo… el cielo gris, la lluvia y nuestras miradas que se perdían una en la otra, una y otra vez… que momentos!

Claudia?

Donde estas?

Pero donde te escondiste?

Basta de hacer lo de siempre y aparecer por detrás de mí asustándome… ya conozco tu técnica…

Claudia?

Donde estas?



Pero Claudia ya no estaba.

Solo bastó cerrar los ojos un momento para que Claudia desapareciera como por arte de magia.

Daniel empezó a preocuparse y segundos después a desesperarse por encontrar al gran amor de su vida que había desaparecido literalmente en un abrir y cerrar de ojos.

Al advertir que un muchacho estaba caminando cerca del lugar, pensó que tal vez la pudiera haber visto, así que aceleró el paso y se dirigió a él con un tono desesperado.



Perdón!,  muchacho!...

Hey! Muchacho!

No viste una mujer como de un metro setenta, cabello rubio y ojos claros?

La viste por aquí?



Pero la persona siguió caminando, ignorándolo por completo.



No lo puedo creer!

Años sin ver a Claudia, la encuentro y desaparece de un soplo y para colmo de males la gente debe pensar que estoy loco que ni siquiera me contesta!



Daniel, mas angustiado que al principio, volvió a su banco donde empezó escarbando sus recuerdos y donde encontró a Claudia.

Tal vez se trate de las acostumbradas bromas de ella, ya que gustaba de esconderse y aparecer súbitamente.

Así es que intenta perder su vista en el infinito de la escena otoñal, quizás pensando en Claudia, nuevamente aparezca.

Esta vez, no podía concentrarse profundamente,  ya que un grupo de niños estaba jugando al fútbol a pocos metros de allí y los gritos podían dispersar cualquier tipo de pensamiento.

De pronto, la pelota cayó cerca del banco donde estaba Daniel, y  ya desconcentrado del todo, se puso de pie con la intención de devolverle el balón a los niños, como un gesto de amabilidad y de paso, pegarle un instante a la pelota para volver a la sensación que sentía en su época adolescente cuando jugaba al fútbol.

Asi es que se perfiló, tomo algo de carrera y le imprimió una violenta patada a la pelota.

Pero el balón no se movió ni un centímetro.


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