La superficialidad es agradable.
Y hueca.

Lo amargo y lo dulce…
Lo lindo y lo feo…
Son sólo puntos de vista.

Por más que me maten, solo matarán mi cuerpo.


El amor es el condimento exacto de la vida.

Libertad y amor son la misma cosa.
La fidelidad la inventó la ley.

Dios no es egoísta.
Todos seremos Dios algún día.


Prefiero llorar de felicidad a reír de bronca.


Los griegos fundaron el teatro.
Los políticos lo perpetuaron.


Cuando aprendamos a vivir, quizás estemos muertos.

Es más fácil poner nuevos nombres a viejas cosas que descubrir cosas nuevas.


Si los humanos dejaran de ser contradictorios, dejarían de ser humanos.

No lloren cuando yo muera, pues sufriré en mi nacimiento.

La escuela podrá llamarse como tal cuando enseñe y no dicte.


Si en la escuela ingresan alumnos y egresan alumnos, no es una escuela sino un laberinto.


La filosofía es imposible de enseñar porque los desafíos no se enseñan.


La muerte es tan natural como la vida.
Solo que la inseguridad del ser humano se encarga de darle un sentido trágico.

El único alimento del poder es el poder mismo.
Por eso no puede llegar muy lejos.


La adversidad es un traje transitorio que se pone la vida para mantenernos despiertos.